Algún día viviré
en la bonita Marbella
en la Casa Palmeritas
o en otra casa igual de bella.
Saldré a mojar los pies
a la piscina pequeña
y a tomar buenas sombras
debajo de las palmeras.
Vendrán a verme sobrinos
que me pedirán la herencia
de tía con muchos años
y millones para ellos.
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