Siempre que voy a San Sebastián tengo la sensación de estar paseando por una ciudad que mira al mar. Es una ciudad cosmopolita, amable, llena de recuerdos del pasado en sus edificios y monumentos; es una ciudad que te hace soñar. No me extraña que la realeza la haya hecho en el siglo XIX su lugar de vacaciones. Fue Isabel II la primera reina que recaló en Donosti. Los médicos le prescribieron las aguas del mar Cantábrico.
A mí los médicos todavía no me han prescrito las aguas de San Sebastián. Más bien me la prescribo yo misma. Nunca dejo de ir a darme un remojón a la famosa Playa de La concha cuando el tiempo lo permite. Si no lo permite, salgo a pasear con las niñas y con mi chico. Me encanta ver la bahía de La Concha entre sus dos montes. Tiene tal cual forma de concha. De ahí su nombre.
También me gusta mucho el área romántica de Donosti. Es la Donostia más parisina. Mi chico y yo paseamos esta zona cuando cae la tarde. Os hablo de las calles que rodean la Catedral del Buen Pastor. El en siglo XVIII había una muralla que se tiro. Una pena. A veces se tiran cosas que hubieran quedado bien en las ciudades con el paso de los siglos por lo que tienen de recuerdo. La catedral es neogótica, estrecha. Siempre me llamó la atención que sea más bonita por fuera que por dentro. Si no la conoces por dentro, casi es mejor que no entres. Yo me llevé una desilusión con su interior la primera vez que entré en la Catedral del Buen Pastor.
En San Sebastián hay muchos jardines. El Ayuntamiento preside unos jardines con unos árboles un tanto peculiares. El edificio del Ayuntamiento fue en su día un gran casino. Si lo piensas un poco, es un edificio que recuerda al edificio del casino de Mónaco. Debían hacer los casinos parecidos para que los ludópatas supieran donde se podían jugar el dinero y hacerse más pobres cuando viajaban a otras ciudades.
Os recomiendo visitar San Sebastián. El bulevar marca la diferencia entre el centro y la parte vieja de la ciudad. Es por allí por donde puedes encontrar restos de la vieja muralla de la ciudad. No dejes de ver el Hotel María Cristina, el Teatro María Eugenia, dos edificios pegados al río que siempre son muy visitados por los turistas. Te encuentras cantidad de gente sacándose fotos delante de las fachadas. Mis hijas insisten cada vez que pasamos por delante del Hotel María Cristina que les saquemos fotos para el Instagram en plan actrices de Hollywood.
A mí los médicos todavía no me han prescrito las aguas de San Sebastián. Más bien me la prescribo yo misma. Nunca dejo de ir a darme un remojón a la famosa Playa de La concha cuando el tiempo lo permite. Si no lo permite, salgo a pasear con las niñas y con mi chico. Me encanta ver la bahía de La Concha entre sus dos montes. Tiene tal cual forma de concha. De ahí su nombre.
También me gusta mucho el área romántica de Donosti. Es la Donostia más parisina. Mi chico y yo paseamos esta zona cuando cae la tarde. Os hablo de las calles que rodean la Catedral del Buen Pastor. El en siglo XVIII había una muralla que se tiro. Una pena. A veces se tiran cosas que hubieran quedado bien en las ciudades con el paso de los siglos por lo que tienen de recuerdo. La catedral es neogótica, estrecha. Siempre me llamó la atención que sea más bonita por fuera que por dentro. Si no la conoces por dentro, casi es mejor que no entres. Yo me llevé una desilusión con su interior la primera vez que entré en la Catedral del Buen Pastor.
En San Sebastián hay muchos jardines. El Ayuntamiento preside unos jardines con unos árboles un tanto peculiares. El edificio del Ayuntamiento fue en su día un gran casino. Si lo piensas un poco, es un edificio que recuerda al edificio del casino de Mónaco. Debían hacer los casinos parecidos para que los ludópatas supieran donde se podían jugar el dinero y hacerse más pobres cuando viajaban a otras ciudades.
Os recomiendo visitar San Sebastián. El bulevar marca la diferencia entre el centro y la parte vieja de la ciudad. Es por allí por donde puedes encontrar restos de la vieja muralla de la ciudad. No dejes de ver el Hotel María Cristina, el Teatro María Eugenia, dos edificios pegados al río que siempre son muy visitados por los turistas. Te encuentras cantidad de gente sacándose fotos delante de las fachadas. Mis hijas insisten cada vez que pasamos por delante del Hotel María Cristina que les saquemos fotos para el Instagram en plan actrices de Hollywood.
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