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miércoles, 12 de junio de 2019

Lo que no falta en mi casa

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Compré la Placa de inducción BOSCH PID631BB1E porque es una encimera de inducción con frontal biselado y sin marco. La había visto en la casa de una amiga y me pareció bonita tan negra y tan poco manchadiza. Eso no quiere decir que no la tengas que limpiar, por supuesto que la hay que limpiar, pero parece que no se le pega tanto la suciedad como otras placas de inducción que pasaron por mi casa. 

No es barata. Me costó 549 euros. Mi marido no quería comprarla por el precio. Yo le dije que era una inversión. Tiene tres zonas, touchSelect, una zona de 32 centímetros. Me parecía la placa ideal para que mi madre pudiera cocinar cómodamente cuando viene a mi casa a hacer de canguro de sus nietas. A las abuelas hay que tenerlas contentas para que te ayuden. 

Sus medidas son de 56 centímetros de ancho y de 49 centímetros de fondo. Se hace notar en la cocina. Pero vale para cualquier cocina. Mi amiga tiene una cocina más pequeña que la mía y se ha atrevido a meterle una Placa de inducción BOSCH PID631BB1E. Me dijo que quería cocinar cómoda. Yo estoy con ella. La comodidad es muy importante a la hora de moverte en la cocina con ollas y sartenes. 

Otra ventaja por la que la recomiendo es por su bajo consumo. Se nota en la factura de la luz que no consume tanto como otras placas de la competencia. Se nota también su marca: Bosch no defrauda. Nos brinda un producto fantástico para las amas de casa y amos de casa que cocinamos mucho en nuestros dulces hogares.

Os la recomiendo muy mucho. Es una placa segura para casas con niños, fácil de limpiar, rápida. Yo todavía le estoy cogiendo el truquillo. Por ejemplo, me lío un poco con la programación del tiempo de cocción: apaga la zona de cocción seleccionada una vez transcurrido el tiempo establecido. Es donde más me enrollo. Mi madre, en cambio, hace la programación como una experta. 

La volvería a comprar ahora mismo por su Función Sprint, una función que reduce el tiempo de calentamiento de grandes cantidades de agua y otros líquidos hasta en un 50%. ¿Quién da más? La única desventaja, como os he dicho, es el precio.



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No cambiaría mi Campana decorativa BOSCH DWB671M50 por otra. Estoy muy contenta con ella. Deja mi cocina libre de humos cocine lo que cocine. Hasta aspira bien los humos cuando viene mi madre a casa y se nos pone a cocinar como la cocinera de un restaurante de complejo hotelero. Es una campana decorativa que me enamoró cuando la vi funcionando en mi cocina. Por su diseño no la habría comprado. Tiene el diseño clásico de una campana de isla con ese color clásico que no hace que la mires dos veces. 

No es barata. Me costó 347,65 euros. Menos mal que la estoy amortizando. No creo que la cambiemos en años. Se ve robusta, fuerte, resistente. Le puedes poner hasta tres velocidades distintas. La velocidad rápida es la que pone siempre mi madre. Yo la suelo poner en la velocidad intermedia. Cuenta también con touch control. 

Os la recomiendo. Esta Campana decorativa BOSCH DWB671M50 fabricada en acero inoxidable no defrauda. Hasta la encuentro fácil de limpiar. Le pasas una bayeta húmeda en agua jabonosa y la dejas limpia como los chorros de oro. Lo que sí hago es pasarle el paño húmedo con frecuencia. La grasa se va acumulando si no limpias a diario y, una vez que se va pegando grasa sobre grasa, no hay quien limpie ni esta campana decorativa ni los azulejos de la cocina. 

Yo gracias a la Campana decorativa BOSCH DWB671M50 puedo disfrutar de una cocina libre de humos y de olores. Se agradece que te quite los olores de la cocina sobre todo cuando preparas pescado. Mi marido siempre se quejaba por el olor a pescado que había cuando no estaba esta campana en nuestra cocina. Desde que la compramos y la disfrutamos se han acabado las quejas por el olor a pescado. Puedes hacer sardinas, pescado blanco o incuso una churrascada sin que los olores se te expandan por casa.

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