lunes, 13 de enero de 2020

Casas sin pelo de mascotas

Estas Navidades llegó a mi casa como regalo de Papá Noel el Robot Aspirador iRobot Roomba E5, un robot aspirador ideal para casas con mascotas por lo bien que atrapa los pelos que sueltan los animales. Fue un regalo de mi suegra. La pobre la tenemos frita con las quejas sobre sus mascotas. Nos hace de canguro a las nueras e hijas, pero no hay manera de que venga a casa sin algún perrito. Mi suegra es de esas mujeres que se echa al hombro el bolso-transportín del can y se presenta en tu dulce hogar.

Yo creo que el Robot Aspirador iRobot Roomba E5 lo va a utilizar más ella en mi casa que nosotros. Tenemos casi una colección de robots. No le va a sacar todo el partido que se le puede sacar porque no se entiende con la programación del robot.

El Robot Aspirador iRobot Roomba E5 es un robot que está muy bien. Tiene un filtro de alta eficiencia que captura el 99% de alérgenos del moho, polen y ácaros de polvo. Mi cuñada me comentó en la cena de Nochebuena que va a poner el suyo sobre los colchones para que se los limpie de ácaros. No creo que sea muy práctico. El robot está pensando para suelos sólo.

La limpieza la hace en tres fases prémium. Hay que coger el truquillo y leer el manual de instrucciones. Mi suegra pasa de manuales de instrucciones. Lo suyo es cogerle a estos trastos el truquillo a base de prueba y error. Tiene tiempo para hacer pruebas. Yo creo que debería aprender un poquito a programarlo, hacerse con su navegación reactiva y comprender que los sensores funcionan maravillosamente bien. No hace falta que vaya detrás del Robot Aspirador iRobot Roomba E5 temiendo que se caiga por el desnivel de la terraza o que marche escaleras abajo si mis niñas dejan la puerta abierta.

Os lo recomiendo más que por sus prestaciones por su precio. Mi suegra pagó por el Robot Aspirador iRobot Roomba E5 299 euros. No es mucho pagar por un regalo para una nuera y para un hijo. Dijo que era para mí. Yo lo acepté para los dos: para mí y para mi chico. Soy feminista.

El diseño del Robot Aspirador iRobot Roomba E5 es discreto. Tiene un color negruzco y su forma es redondita. En la parte superior viene la marca en letras blancas y los botones de encendido apagado y programación. También lo puedes programar desde tu smartphone bajando la aplicación correspondiente.

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martes, 7 de enero de 2020

Habitaciones con vistas a las montañas de Barcelona



El Saint Marçal en Montseny, Barcelona, es un alojamiento perfecto para descansar del mundanal ruido. Está en las montañas próximas a Barcelona. Todos los turistas que estaban en este pequeño hotel rural cuando fuimos nosotros se dedicaban al reposo y a la contemplación del paisaje así como a comer los buenos alimentos que sirven en su comedor.

Yo también me apunté a la relajación. Busqué una tumbona en el jardín a mi gusto y empecé a meditar mirando las montañas cubiertas de vegetación un tanto agreste. Como en todas partes, los montes en Cataluña están un poco descuidados. Lo que no estaba descuidado era el jardín de Saint Marçal en Montseny, Barcelona. La hierba estaba bien cortada y los arbustos muy bien controlados por las tijeras podadoras. Pocas flores había. Se agradecía. Las flores sólo sirven para atraer avispas.

Este pequeño hotel rural de la provincia de Barcelona fue en su día un monasterio. Pero no lo notas. El monasterio lo montaron dentro de las viejas paredes en el siglo XI. Muchos siglos han pasado desde entonces. Como decía mi chico, ya no olía a monje. Se conservan los muros de piedra recia y la estructura austera del edificio primitivo. Un gran acierto. Las paredes barrocas no están de moda. Hoy en día volvemos a lo simple.

En el interior de este pequeño hotel encuentras una decoración rústica fina. Prima la calidad. Lo ves en la buena mantelería que hay en el comedor y en los muebles bien cuidados de estancias comunes y habitaciones.

Nos dieron una habitación pequeña. Pedimos una más grande y no había. Todas las habitaciones eran de tamaño reducido. Por eso acabamos cogiendo dos aprovechando que había habitaciones libres. Yo necesito espacio. Tanto mi habitación como la de mi marido olían a madera y a manzanas. Te sentías como en la casa de tus abuelos. En la planta superior están todas las habitaciones. También estaba el salón de billar. Jugué con mi marido algunas partidas, pero pronto me aburrí. El billar no es lo mío. Mi chico encontró un nuevo compañero para el billar: un viejecito muy simpático que era de la ciudad condal.

Os recomiendo el Hotel Saint Marçal en Montseny, Barcelona. Debes ir. Te reciben con un gran plato de caramelos sobre el escritorio de la habitación. Todo un detalle. Nosotros nos llevamos los caramelos sobrantes para las niñas.

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